Entre los siglos XII y XIII se construyó un puente para permitir el paso del río Ésera a la altura de Perarrúa. Como otros puentes de la zona, se reparó a lo largo del siglo XVIII.

Tiene una longitud de unos 54 metros, gracias a sus tres ojos. Los dos del sector oriental son los originales de los siglos XII-XIII. En cambio, el del lado occidental fue realizado en el siglo XVIII.

Tiene estructura de lomo de asno, con dos tajamares, que flanquean el arco central. Este tiene una longitud de 21 metros y una altura de 12. Hasta el siglo XIX tenía una torreta de madera en la parte central, donde probablemente se cobraba el "peaje".